índigenas de Colombia transmiten mensaje sobre la conservación del ecosistema


Representantes de los pueblos indígenas kogui, wiwa, arhuaco y kankuamo de la Sierra Nevada de Santa Marta en el norte de Colombia inician hoy (6 septiembre 2006) en Washington una visita para difundir un mensaje de alerta sobre las necesidades del ecosistema y convocar apoyo internacional para constituir un Fondo para la Consolidación Territorial que permita recuperar el equilibrio universal.

Esta propuesta, construida en el seno de las organizaciones indígenas de la Sierra y bajo el liderazgo directo de sus mamos y líderes espirituales, ha contado con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, organismos que facilitaron la visita a los Estados Unidos.

Hoy miércoles 6 de septiembre desde las 2:00 pm se efectuará el Foro “Un mensaje desde el corazón del mundo” en el auditorio Enrique V. Iglesias del BID en Washington.
Allí se darán cita el Presidente del BID, Luis Alberto Moreno; el Director del Departamento de Desarrollo Sostenible del BID, Antonio Vives; el Representante Residente del PNUD en Colombia, Bruno Moro; y los representantes de los indígenas de la Sierra: los mamas Gabriel Izquierdo Villafañe (Arhuaco) y Jacinto Zaragata (Kogi), quienes no hablan español; Arregocés Conchacala Zaragata (Kogi); José Gabriel Limaco Dindula (Kogi); Julio Alberto Torres (Gobernador del Cabildo, Arhuaco) y Arweimaku Danilo Villafaña (Arhuaco).
Al Foro le seguirá una exposición y una recepción en la sede del BID.

Adicionalmente, los representantes indígenas se entrevistarán en Washington con personalidades del mundo empresarial y de la política norteamericana, así como con expertos y estudiantes en el American Indian Museum, en la Universidad de Georgetown y en el Museo de Historia Natural.
El viernes viajarán la Nueva York a la sede de las Naciones Unidas donde tendrán una reunión con Jan Eliasson, Presidente de la 60th sesión de la Asamblea General.

Esta histórica visita, que para algunos de los indígenas delegados por sus pueblos representa el primer viaje fuera de su territorio, tiene un gran significado: por primera vez el mensaje de los pueblos Kogi, Wiwa, Arhuaco y Kankuamo saldrá de Colombia para explicar por qué para los habitantes del “corazón del mundo” -la Sierra Nevada- es fundamental “sanear” estos territorios como paso necesario para la protección del planeta del equilibrio del Universo. Con ese fin, se han propuesto constituir un fondo para la consolidación territorial, que les permita adquirir territorios tradicionales y sitios sagrados que consideran vitales para su proyecto de vida y para el equilibrio universal:


“Desde tiempos inmemoriales, el sagrado territorio de la Sierra Nevada ha sido la base de nuestra cultura. Él contiene las leyes y los símbolos que determinan nuestra forma de pensamiento y nuestra identidad.
Todos debemos cumplir con estas normas y leyes para salvaguardar el universo. El territorio debe ser sostenido mediante actividades diarias que permitan la reproducción de la cultura y de todos sus componentes.
En este sentido, el concepto de dueños ancestrales del territorio está basado en el conocimiento sobre todo lo que vive en el territorio; en otras palabras, la naturaleza que nos muestra cómo vivir en armonía. Es un libro abierto donde aprendemos sus historias y su pasado, y es esto lo que aprenderán nuestros niños y las futuras generaciones.
El conocimiento depende del cuidadoso estudio de cada significado de la tierra y nos permite recordar el papel de nuestros ancestros y el verdadero significado de cada individuo y de su misión, no como indígena sino como ser humano responsable de cuidar el planeta que se ve amenazado cuando se abandona el sentido de responsabilidad”.

Estos pueblos indígenas se han fijado el objetivo de recuperar 338,000 hectáreas adicionales de su territorio tradicional en un período de 20 años.

Actualmente, en la Sierra habitan aproximadamente 220.000 pobladores no indígenas. La pérdida de sus tierras ancestrales, la usurpación de zonas cuyos títulos de propiedad actualmente les pertenecen, el avance de la frontera agrícola, los cultivos ilegales y el conflicto armado en Colombia han contribuido a la destrucción del 72 por ciento de los bosques originales de la zona, la reducción de ríos y arroyos, la pérdida de biodiversidad y la erosión del suelo.
Tales factores amenazan el futuro de este territorio y de su población y amenazan los recursos acuíferos de los cuales dependen 1,5 millones de personas y los sectores agroindustrial y turísticos de la región.
A pesar del considerable progreso de las últimas décadas en crear reservas para salvaguardar los derechos territoriales de los grupos indígenas, solamente un tercio de su territorio ancestral (6 millones de hectáreas) tiene protección legal.

Las tierras que a la fecha han sido legalmente devueltas a los pueblos indígenas han experimentado una significativa renovación ambiental lo que ha permitido mejorar las condiciones de vida de la población indígena.
Del total de territorio adquirido mediante legalización y expansión, el 70 por ciento está dedicado exclusivamente a la regeneración natural y a la conservación del ecosistema.

El mensaje que los representantes de los kogi, wiwa, arhuacos y kankuamos llevan a los Estados Unidos así lo explica: “Nuestra estrategia para la recuperación territorial no solo ha servido para el mantenimiento de nuestra cultura y el afianzamiento de las tradiciones, sino que ha permitido la regeneración natural de los ecosistemas y el mantenimiento de las fuentes de agua que han beneficiado el desarrollo de nuestros vecinos occidentales.
En las zonas bajas que rodean la Sierra Nevada habitan cerca de dos millones de personas, cuya vida y economía, dependen de las aguas de los ríos”. Para este proceso ha sido fundamental la conformación en 1999 del Consejo Territorial de Cabildos Indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta, que facilita la interlocución con el Estado y la sociedad en torno al manejo del territorio tradicional.

De acuerdo con la mitología de los pueblos de la Sierra, al surgir el mundo también aparecieron el Kaggaba (Kogi), el Wintukwa (Arhuaco), el Wiwa (Sanka) y el Kakatukwa (Kankwamo), cada uno en cada extremo de los cuatro puntos cardinales. En el centro surgió Gonawindúa como eje y centro del mundo. Se trata para ellos de cuatro hermanos cuya misión es mantener el equilibrio del universo.
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